Efectos de las condiciones climáticas extremas en la agricultura

Las condiciones climáticas en constante cambio tienen un efecto profundo en la agricultura. Su imprevisibilidad dificulta la agricultura, lo que resulta en la pérdida de la cosecha.

Los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones y las sequías, son cada vez más frecuentes y graves, lo que provoca importantes pérdidas económicas para los agricultores y escasez de alimentos para los consumidores. Este artículo explorará los impactos del clima extremo en la agricultura y lo que los agricultores pueden hacer para mitigarlos.

¿Por qué es tan importante el clima para la agricultura?

Las pérdidas agrícolas debido a los desastres naturales aumentan constantemente, causando daños económicos y socavando los esfuerzos de los agricultores para proporcionar alimentos a la humanidad. La agricultura representa la mayor parte de las pérdidas económicas debidas a los desastres naturales, que cada año son más frecuentes, graves y difíciles de afrontar. 

Los sistemas agroalimentarios nunca antes se habían enfrentado a tantas amenazas: incendios a gran escala, fenómenos meteorológicos extremos, invasiones extremas de langostas del desierto y nuevas amenazas biológicas como la pandemia.

Todos estos desastres naturales tienen un impacto devastador en los medios de vida agrícolas y provocan consecuencias económicas negativas para los hogares, las comunidades, los países y las regiones y duran generaciones. Afortunadamente, la tecnología moderna, incluida una que permite recopilar y acceder datos meteorológicos satelitales para la agricultura, allana nuevas formas para que los productores de alimentos garanticen la seguridad de sus cultivos.

Efectos de las condiciones climáticas extremas en la agricultura

Cómo el clima puede dañar la producción agrícola

Las condiciones climáticas extremas son desastres naturales causados ​​por una combinación de factores climáticos. Estas condiciones incluyen olas de calor, olas de frío, inundaciones, huracanes, etc. Para entender cómo el clima afecta la agricultura, repasemos algunas de sus condiciones más devastadoras.

Sequías

Sequía es uno de los efectos del clima en la agricultura. Este desastre natural puede provocar malas cosechas y muertes de ganado debido a la falta de lluvia y, por lo tanto, escasez de agua. La sequía daña la agricultura de varias maneras: reduce la humedad del suelo, aumenta el riesgo de plagas y enfermedades, reduce la disponibilidad de agua para el ganado y agua potable para las personas.

Para mitigar el impacto de la sequía, los agricultores pueden adoptar varias estrategias, incluida la diversificación de cultivos y una mejor gestión del agua.

Inundaciones

Las inundaciones pueden ser causadas por fuertes lluvias, nieve derretida o una combinación de ambos. Pueden causar daños significativos a los cultivos y al ganado, incluida la erosión del suelo, el anegamiento y la pérdida de cultivos. El impacto de las inundaciones en la agricultura varía según el tipo de cultivo. Además de la pérdida de cultivos, las inundaciones pueden provocar la muerte del ganado y causar daños a la infraestructura.

Para mitigar los efectos de las inundaciones, los agricultores pueden adoptar una mejor gestión del agua, plantar cultivos resistentes a las inundaciones y utilizar sistemas de alerta temprana.

Degradación del suelo

El clima afecta la formación del suelo directamente al determinar el nivel de energía y el régimen hidrotermal de los suelos, e indirectamente a través de otros factores de formación del suelo (vegetación, roca formadora del suelo, relieve, etc.).

El papel directo del clima se manifiesta en el hecho de que bajo su influencia se forman regímenes térmicos y hídricos de los suelos, que influyen en la naturaleza y la intensidad de todos los procesos físicos, químicos y biológicos que tienen lugar en los suelos. La energía de formación del suelo está vinculada a las condiciones climáticas.

El clima juega el papel más importante en la colocación regular de los suelos en la Tierra. La principal fuente de energía para los procesos del suelo es la radiación solar, y la principal fuente de humedad es la precipitación atmosférica.

Papel de la tecnología en el monitoreo de eventos climáticos extremos

La tecnología juega un papel vital en el estudio del impacto del clima en la agricultura. La teledetección y los sistemas de información geográfica (SIG) se pueden utilizar para monitorear los cambios en el clima, la humedad del suelo y la cubierta vegetal. Esta información se puede utilizar para identificar áreas vulnerables a la sequía y las inundaciones y para desarrollar estrategias para mitigar el impacto del clima extremo.

Además, las tecnologías de agricultura de precisión, como sensores, drones y GPS, se pueden usar para monitorear el crecimiento y desarrollo de los cultivos. Esta información se puede utilizar para optimizar la gestión del agua y los nutrientes, reducir el uso de agroquímicos y mejorar los rendimientos. Además, los modelos climáticos se pueden utilizar para predecir futuros escenarios climáticos y sus posibles impactos en la agricultura. Esta información se puede utilizar para desarrollar estrategias de adaptación para mitigar los impactos del cambio climático en la agricultura.

Datos meteorológicos en software agrícola

El mercado actual ofrece diferentes herramientas digitales desarrolladas específicamente para fines agrícolas. Además de las funciones de seguimiento del estado de los cultivos, la mayoría de estas herramientas permiten el acceso a datos meteorológicos.

Por ejemplo, EOSDA Crop Monitoring es un software que utiliza el poder del análisis de imágenes satelitales con IA para ayudar a los agricultores a cultivar de manera efectiva y sostenible. 

En términos de datos meteorológicos, EOSDA Crop Monitoring se ha asociado con Meteomatics para ofrecer los análisis meteorológicos más precisos.

La precisión se logra gracias a una precisión de hasta 90 metros. Más aún, los datos meteorológicos históricos también están disponibles hasta 1979, lo que permite a los productores ver no solo el clima actual y futuro, sino también analizar los patrones climáticos pasados ​​que podrían repetirse en un territorio en particular. Esto permite la evaluación de condiciones climáticas particulares para prepararse para un posible impacto climático negativo en la agricultura.

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